Cosas vivas
Cuatro jóvenes españoles (uno de ellos, el narrador, de origen argelino) viajan un verano hasta el sur de Francia para ganar algo de dinero en la vendimia, pero finalmente, después de una serie de peripecias tan patéticas como divertidas, acaban empleándose como temporeros en una de esas empresas biotecnológicas que explotan desde hace décadas el mundo agrario y que, según ciertas teorías, acabarán por arruinarlo del todo.
Alta y Baja Cultura, Bolaño y el punk, filosofía y terror, crítica social sin maniqueísmos… Un sinfín de sonidos y conceptos resuenan en estas páginas unas veces apocalípticas (como en Soylent Green, aquella película de ciencia ficción de Richard Fleischer y Charlton Heston) y otras falsamente ingenuas. Una combinación tan poderosa como arriesgada que, sin embargo, logra hacer visible la amenaza que ocultan algunas capas de la realidad.
Leído en la prensa
«Cosas vivas acierta en la extensión, tiene personalidad y juega con la ramificación narrativa al hacernos avanzar en línea recta entre círculos de información anexa. La autoficción como arma y escudo al mismo tiempo.» Carlos Zanón, El País
«Cosas vivas es una sorprendente primera novela que se lee con fruición, sin descanso, y que de manera ágil y muy amena combina el humor con la reflexión sobre la alimentación de la especie humana. Relato de iniciación que huye tanto de la pedantería como de la intrascendencia, Cosas vivas tiene gracia, sentido y una potente carga de crítica política.» Las librerías recomiendan
«Cosas vivas ahonda en los principales males de nuestro siglo (la inmigración forzosa, la explotación laboral y las atrocidades a manos de la industria alimentaria) sin necesidad de edulcorar una sola página.» Isabel Vargas, Granada Hoy
«Si Cosas vivas se transforma en un thriller laboral es porque, examinado al microscopio, el mundo laboral es una novela negra. Negra y roja. No como Stendhal, acotaría irónico su protagonista. Sino solo de color negro y color rojo. Como cubierta de sangre y de ceguera. Pero sin el como. Nada más, solo eso. Literatura viva. La que necesitamos. Esa que crea mentes radiantes, cargadas de futuro como la de Munir Hachemi.» Andrés Neuman, Infolibre
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