Como si un ángel

Todo lo que se cuenta en estas páginas sucedió así. Todos los nombres propios son reales. No hay ficciones en esta extraordinaria y conmovedora narración, historia con minúsculas dentro de la Historia con mayúsculas. 8 de abril de 1977 en Mendoza, una tranquila ciudad argentina al pie de los Andes. Es el último día de vida de Gisela Tenenbaum, de veintidós años, descendiente de judíos austríacos emigrados a América a causa del nazismo.

Gisela, Gisi, es buena estudiante y deportista, hermana e hija ejemplar, militante contra las injusticias que asolan su país, cifradas en parte en el golpe de estado de 1976… En un texto prodigioso, sin maniqueísmo alguno, Erich Hackl reconstruye su vida y sus últimos días; y deja que el futuro asome de cuando en cuando para dar voz a los silenciados.

«No bien salen del edificio advierten un comando paramilitar que se dispone a acordonar la calle: hombres vestidos de civil pero armados, en tres o cuatro vehículos, furgonetas, autos Ford Falcon. Heidi, la hermana mayor de Gisi, ve por televisión entre las seis y las ocho de la noche el boletín informativo de los últimos éxitos de las fuerzas del orden: “Una mujer de presumiblemente veinticinco años de edad fue abatida por integrantes de los órganos de seguridad en un tiroteo que se produjo durante un allanamiento en el Departamento de Godoy Cruz. La vivienda habría servido como centro clandestino de operaciones de los sediciosos. En la misma se hallaron armas e impresos subversivos”. (…) Heidi mira fijo la pantalla, escucha la voz machacona del locutor, se resiste a la certeza de que ese sea el apartamento donde se ocultaba Gisi. Da aviso a sus padres.»

Leído en la prensa

«Lo único que da sentido a mi vida y a mi oficio de escritor: formar un eslabón en la cadena de luchas, derrotas y nuevas luchas.» Erich Hackl entrevistado por Silvina Friera, Página 12

«Hackl es un buscador de historias en la Historia y, sobre todo, de existencias marcadas por el totalitarismo. (…) Un texto prodigioso, sin maniqueísmo alguno.» Elena Sierra, Periódico de Bilbao

«El arte narrativo de Erich Hackl consiste en encontrar una historia dura y entrañable y pegarse al terreno como si fuera un explorador con una conciencia inflexible con su papel de narrador. Historias duras y terribles, pero vistas desde una humanidad que comprende el compromiso y el sufrimiento.» Jon Kortazar, El Correo

«Mirada lúcida, prosa dúctil y registro largo para resucitar una historia que más que homenaje es advertencia. Y muy seria.» Eugenio Fuentes, La Nueva España

«Un texto prodigioso (…). No hay ficciones en esta extraordinaria y conmovedora narración de la historia con minúsculas dentro de la Historia con mayúsculas.» Francisco García, La Opinión de Málaga

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