Trabajos del reino
«Yuri Herrera destaca con su primer libro, Trabajos del reino, en el que, a través de la mirada de un compositor de corridos, despliega ante el lector un panorama de la ‘vida palaciega’ de un cártel del narcotráfico. Lobo, protagonista y narrador de la novela, es un ser marginado desde su nacimiento. No posee educación, pero le sobra el talento para convertir en cantos épicos los sucesos notables, por eso es el Artista. Una tarde se topa con el hombre que habrá de transformar su vida... Así, reconstruyendo el mundo interior del cártel con un lenguaje popular no exento de lirismo, muestra de su excelente oído, y con un tono que algunas veces adquiere registros de fábula infantil y otras de tragedia del Renacimiento, las palabras del Artista nos internan en un castillo donde parece reinar la felicidad, pero cunden las intrigas soterradas.» Eduardo Antonio Parra, Letras Libres
«Pero si uno de los elementos de la novela es el envejecimiento de las nuevas formas de ejercer el poder, la piedra sobre la que se cincela la obra es el lenguaje. La prosa de Herrera consigue plasmar el ritmo y hasta la textura de las conversaciones que le gustaba escuchar en esas jornadas de cantinas y corridos.» Amelia Castilla, El País
«Un libro emocionante... Una espléndida novela... Grata de leer, capítulos cortos... Una idea brillante... Una tragedia shakespeariana... Un libro espléndido, una maravillosa presentación... Una perfecta excusa para recuperar algunos gloriosos narcocorridos.» Diego A. Manrique, RNE
Leído en la prensa
«Una novela dura y delicada a la vez. Herrera no renuncia a la crudeza de lo que tiene que contar, pero lo hace de una manera conmovedora.» Antonio Bordón, La Provincia
«Una novela que habla de un reino que es tan de este mundo que se vuelve difícil leerla tanto desde la ingenuidad como desde el escándalo. Lo único que cabe en Trabajos del reino es entender y conmoverse.» María José Gil Bonmatí, La Razón
«Un libro único, cautivador.» Antonio Jiménez Morato, Público
«Lejos de recurrir a una puesta en escena maniquea, Herrera logra construir una perfecta alegoría del poder retratándolo en su forma más atemporal, seductora y corrupta: la corte… Arquetipos de hechos y situaciones tan mediáticas como los que se cuentan mediante la eliminación de nombres propios y de descripciones detalladas,la utilización de un lenguaje cargado de poesía y argot, y las dimensiones épicas y trágicas que alcanza, hacen de esta una obra notable cuya perspectiva y profundidad recuerda por momentos a ese monumento a la abyección que es El enano, de Par Lagerkvist.» Jaime Rodríguez Z, El Periódico de Catalunya
«Equilibrada en fondo y estilo, trufada de hallazgos formales e incitando a una reflexión que el lector debe completar. La frontera es un espacio que sigue dando excelentes resultados literarios. La mezcla explosiva de violencia, pobreza y corrupción está inspirando historias que enseñan al lector mucho sobre la condición humana cuando está al límite.» Pedro Tellería, Gara
«Estamos ante una pequeña obra de arte, fabricada mediante un acertado empleo de cirugía posmoderna, pero también de fino bagaje literario. Es como si su autor le hubiera extraído el núcleo de la información a un ovario inglés y lo hubiera inseminado con adn mariachi. El resultado sería esta novela, clon canalla que funciona porque, por otra parte, Herrera posee una admirable habilidad para sustentar su relato tanto en una economía lingüística admirable como en un sentido del oído que le imprime ritmo y lo abastece de léxico popular.» Roberto Valencia, Quimera
«Herrera, a través del descubrimiento que el Artista realiza en los entresijos del poder corrupto, va construyendo un relato elegíaco, un corrido épico, un regreso a las raíces del acto literario por excelencia, es decir, aquel que se encarga de narrar los acontecimientos de los hombres, los dioses y ese tercer protagonista de siempre, el destino.» Pedro Donoso, Revista de libros
«Yuri Herrera irrumpe en la lucha literaria con el fresco de una realidad incómoda. Narra en estos Trabajos del reino la vida cotidiana de los narcotraficantes en su país natal y, con una audacia excepcional, extrae la épica de sus criaturas para mostrarlas desnudas, frágiles, vulnerables pero, a la vez, implacables. No cae el escritor en la tentación del panfleto ni en la crítica fácil, ni mucho menos en el alegato retórico. Esta novela es auténtica pólvora, es dolor, humor, realidad y muerte.» Antonio J. Ubero, El Faro de Murcia
«Herrera da prometedoras muestras de seguridad narrativa, escritura precisa y cuidada, fino oído para el habla grupal y una marcada voluntad poética.» Ernesto Calabuig, El Mundo
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