Thierry Metz nació en 1956 en París. Poeta autodidacta, se ganó el pan trabajando de temporero en fábricas, en mataderos y en la construcción. En los períodos de desempleo escribió catorce poemarios, entre los que destacan Sur la table inventée (1988), con el que inició su andadura literaria y que le valió el Premio Voronca. Ese mismo año, la muerte, a los ocho años, de uno de sus hijos lo sumió en una inconsolable tristeza que lo llevó al alcoholismo y a ingresar varias veces en una clínica psiquiátrica, donde escribió su último diario, L’Homme qui penche (1997), meses antes de quitarse la vida a los cuarenta y un años. Además de su aclamada obra poética, escribió Lettres à la bien-aimée (1995) y Diario de un peón (1990), que aparece ahora en Periférica, todo un referente de la literatura proletaria.
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