Willy Ronis (París, 1910-2009). Figura clave de la fotografía del siglo xx, transmitió la realidad poética de la Francia de posguerra en icónicas imágenes en blanco y negro, muchas de las cuales han dado la vuelta al mundo. Aunque de joven quiso ser compositor (su madre era pianista y toda la familia era melómana), su padre, que tenía un estudio fotográfico en Montmartre, le regaló una cámara al cumplir quince años. El convencionalismo de los retratos posados no le interesaba; sin embargo, a los veintidós y durante cuatro años muy «tristes» (como los definió el propio Ronis), después de que a su padre le diagnosticaran un cáncer, se hizo cargo del negocio, pues la economía familiar dependía por completo de él. No obstante, soñaba ya con reportajes, con el bullicio de las calles, de la vida, con esa otra fotografía a la que tenía acceso gracias a las exposiciones internacionales organizadas por la Société Française de Photographie. Cuando en 1936 liquidó el estudio, muy pronto empezó a hacer fotografías que consiguió vender a algunas de las publicaciones más importantes de la época.
Junto a Henri Cartier-Bresson, Izis, Robert Doisneau y Brassaï, dio origen al movimiento de los fotógrafos humanistas, siempre atentos a la vida cotidiana –escenas callejeras, barrios de París, el mundo del trabajo…–, buscando transmitir una emoción, una mirada benevolente. Ronis define la escuela humanista como «la mirada del fotógrafo que ama al ser humano». Ya en 1953, el gran fotógrafo, pintor y director de la sección de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Edward Steichen, los reunió a todos en una muestra titulada Five French Photographers [Cinco fotógrafos franceses]. También eligió sus obras para que en 1955 formaran parte de la más ambiciosa e icónica de las exposiciones de fotografía del siglo xx: The Family of Man [La familia del hombre].
Mostrando el único resultado