El camino al lago Desierto
A finales de la Segunda Guerra Mundial, ante la inminente derrota del Tercer Reich, muchos líderes nacionalsocialistas, conscientes de sus crímenes y del castigo que les esperaba, buscaron refugio en la región alpina del Salzkammergut (hoy una de las joyas del turismo austriaco) para pasar a la clandestinidad y escapar de la justicia. Uno de ellos es el protagonista de esta historia, que por entonces tenía un rango muy alto en la jerarquía nazi.
Vástago de la burguesía culta de la monarquía austrohúngara y nazi de primera hora, tras la anexión de Austria por el Reich alemán, Ernst Kaltenbrunner hizo rápidamente carrera en el nuevo régimen. En 1943 llegó a ocupar el puesto de director del Departamento Central de Seguridad del Reich, convirtiéndose así en mano derecha del Reichsführer-SS Heinrich Himmler, artífice de los campos de concentración y principal autor del exterminio de los judíos.
Cuando el colapso militar de Alemania era ya inevitable, Kaltenbrunner emprendió la subida a la Totes Gebirge, acompañado de dos ayudantes y guiado por un cazador de la comarca, para esconderse en un refugio de montaña hasta que “pasara el temporal” y pudiera reintegrarse en la vida civil, ya como colaborador de los aliados occidentales en el presumible enfrentamiento contra la Unión Soviética, ya ofreciendo sus servicios a los conservadores austriacos en la lucha contra el «peligro comunista».
Una novela corta donde Historia y Naturaleza se combinan portentosamente gracias a la bellísima prosa de Franz Kain para recrear, basándose en los datos ciertos, qué pensó y cómo actuó Kaltenbrunner en esos momentos de huida. Una obra maestra y un autor fundamental nunca antes traducido a nuestra lengua.
Leído en la prensa
«Kain retrata con trazos indelebles el orgullo demencial de quienes eran tan arrogantes que ni siquiera tuvieron conciencia –o se conjuraron para olvidarlos– de la magnitud de sus delitos.» Ignacio F. Garmendia, Diario de Sevilla
«El camino al lago desierto es un texto fascinante por su sobria belleza. […] El pétreo y racional señorío del Kaltenbrunner de Kain describe bien un tipo de nazi —ni el común, ni el funcionario de la banalidad del mal—, sino al envanecido y gallardo jerarca, de alta clase social, que se cree “más allá del bien y del mal” en cuestiones referidas a la ética y al sufrimiento: es un teórico, pero muy peligroso porque justifica desde la razón los actos de los asesinos.» Luis Fernando Moreno Claros, El País
«El relato es tan sucinto que resulta imposible prescindir de un párrafo. Todos son necesarios y están tan bien tejidos que no hay modo de apartarse de esa neblina que ha atrapado a Kaltenbrunner en la búsqueda de su verdad.» Luis M. Alonso, La Nueva España
«El escritor austriaco Franz Kain condensó en esta breve historia la absoluta perversión moral del nazismo. (...) Una obra maestra.» Interviú
«Merece la pena sumergirse en esta hipnótica y pequeña obra maestra. Un retrato psicológico sobrio e inquietante del primer policía del Reich en medio de una naturaleza estremecedora que, todavía envuelta en nieves, comienza a prepararse para la llegada primavera. (...) Uno de los mejores libros del año.» Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga
«(...) Un relato de belleza densa, terrible. Magnífico escritor antifascista austriaco, marginado en su propio país, que acaso por su pertenencia comunista escribió buena parte de su carrera literaria en la hoy extinta RDA.» Ángeles López, La Razón
«El camino al lago Desierto es, en su brevedad, una joya, una obra de arte, perfecta en su ensamblaje, cautivadora por su tono y contada con un lenguaje preciso, exacto y de una belleza conmovedora.» José Varela, La Voz de Galicia
«Es El camino al lago Desierto una novela cuya brevedad es inversamente proporcional a la calidad de su escritura y, por consiguiente, al placer que proporciona subir por sus páginas como el personaje central lo hace por las Totes Gebirge: una doble ascensión de una belleza que no interrumpe el menor alud.» María Teresa Lezcano, Sur
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