En Grand Central Station me senté y lloré
En Grand Central Station me senté y lloré, publicado por primera vez en 1945, y que muy pronto se convertiría en un verdadero libro de culto al ser traducida a numerosos idiomas, narra con un lenguaje prodigioso, lleno de imágenes tan originales como potentes, la pasión de su autora por un hombre casado del que se enamoraría incluso antes de conocerlo personalmente.
«Explora la pasión entre un hombre y dos mujeres, una de ellas, la esposa; un amor tan desesperado como triunfante en el que el lector puede sentirse abrumado, en el que puede verse reflejado o incluso sentir envidia.» The Times
«Nueva, intensa, franca, excelente... Una novela de nuestro tiempo.» Cyril Conolly
«En algún momento todo buen lector siente el impacto de En Grand Central Station me senté y lloré y reconoce un tipo de emoción imprescindible, definitiva.» Michael Ondaatje
Leído en la prensa
«Recomendamos este libro no sólo por su uso del lenguaje, apasionado y sensual, sino en tanto que conmovedor soliloquio sobre el amor y el mundo contemporáneo.» Times Literary Supplement
«La emoción, la aflicción verdadera y total consiguen conmover al lector.» London Review of Books
«Una de las más arrebatadoras y bellas historias de amor jamás contadas.» Mercedes Monmany, ABC
«Libro de una bella intensidad, extrema y rara.» Enrique Vila-Matas
«Uno de los libros más fuertes, emocionantes, intensos y hermosos que he leído en mi vida.» Manuel Hidalgo, El Mundo
«Smart escribe como alma que lleva el diablo, perseguida por sus propias ansiedades y congojas, entre el placer mental de ver consumado su amor con un hombre casado y el placer carnal de consumarlo ininterrumpidamente.» Javier Aparicio Maydeu, El País
«Si hay una novela que merezca el calificativo de auténtica es esta novela autobiográfica, sobrada de aciertos y poesía a raudales.» Antonio Bordón, La Provincia
«Con un lenguaje lírico impregnado de préstamos, Smart habla del deseo y la guerra a través de un hilo narrativo. El movimiento se detiene en un punto: Elizabeth se sienta, llora, se concentra en su aflicción. (…) Libro bellísimo y verdadero.» Marta Sanz, Público
«Hay que saber escribir muy bien para sonar sincero. Y ese es el triunfo de Elizabeth Smart como autora. (...) Es la escritura de Smart, su profundidad, la que hace de estas páginas una convulsa e inolvidable obra de arte.» David M. Copé, Quimera
«Un texto febril sobre el absolutismo del amor y el peso de una relación “condenada”. Morrissey, fan confeso de esta obra, ha recurrido a ella en bastantes ocasiones para colocar referencias en sus letras.» Juan Cervera, Rockdelux
«La modernidad absoluta de esta extraña novela radica en su impudor. En la labor de una escritora que, habiéndolo vivido todo, se apresta a contarlo todo.» Carolina León, Estado Crítico
«Elizabeth Smart no se ciñó a las normas escritas para una joven adinerada nacida en 1913 y prefirió seguir su instinto, creando una novela cuya intensidad y sinceridad es difícil de superar.» Elena Sierra, Periódico Bilbao
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