Fuerzas especiales

En Fuerzas especiales, décima novela de su autora, la protagonista es una joven de un barrio marginal que se prostituye en un cibercafé, en medio de una vida llena de desgracias familiares. «Voy al cíber a buscar en las pantallas mi comida. Todos se comen. Me comen a mí también.» El telón de fondo es un grupo de bloques sitiado por las fuerzas especiales de la policía. Pero, en un juego de palabras triste y a la vez desafiante, las «fuerzas especiales» del título son también las que se necesitan para resistir, para sobrevivir cuando se vive en los márgenes de la sociedad bajo tantas formas de represión y control.

La violencia y las marcas que deja en el cuerpo (también en el «cuerpo social») son habituales en las novelas de Eltit, quien construye este desasosegante texto sobre todo tipo de materiales de derribo: la brutalidad, los frustrados deseos familiares, las enfermedades, los asedios de la policía (cuya presencia es constante y hace vivir amedrentados a todos los habitantes).

También es habitual en sus novelas una forma de lo obsceno que va más allá de su acepción sexual y se encarna, nunca mejor dicho, en lo horrible, en lo temible, en lo que se debe evitar o esconder. En este libro triste y oscuro, pero necesario, donde las voces populares construyen el relato de un modo casi bíblico, se castiga como en la realidad y como (precisamente) en el Antiguo Testamento: con total dureza.

Pero a pesar de que los desheredados de la tierra siempre lo serán, tratan también de sobrevivir dignamente (y de un modo muchas veces emocionante) en medio de un mundo con armas cada vez más sofisticadas, con nuevas formas de matar. Conviven entre sí, se sobreponen a su destino, nunca son indiferentes. Es más, según avanza la novela, la inteligencia y la lucidez de la protagonista nos hacen albergar alguna esperanza.

Leído en la prensa

«Literatura originalísima y de calidad para lectores vivos y valientes.» Ascensión Rivas, El Mundo

«Un descenso a los infiernos, una novela atroz que me revela a una escritora singular, única (…). He descubierto a una escritora de potencia excepcional, capaz de convertir su prosa en algo físico que sangra y hace sangrar.» Manuel Hidalgo, El Cultural

«Una de las mejores novelas escritas en castellano que he leído en los últimos tiempos. Lo es por su excelencia narrativa y por la perspectiva desde la que está narrada. (...) Una lacerante metáfora sobre la pobreza y la indefensión cívica. Un relato sobre la violencia institucionalizada y el fracaso de las ilusiones domésticas.» J. Ernesto Ayala-Dip, El País

«Una novela excepcional sobre la lucha por la vida en el infierno de una barriada asediada día tras día por la brutalidad de las fuerzas represoras del Estado.» Paula Rosés, Buensalvaje

«La prosa de la escritora chilena Diamela Eltit destila una terrífica cualidad de poesía atormentada (...), pese al dramatismo de las situaciones relatadas, va generando islotes de belleza.» Teresa Lezcano, Diario Sur

«Una realidad donde la marginalidad, el horror, la desesperanza y la violencia institucionalizada del Estado confluyen en una realidad obscena en el sentido moral y sexual.» Joaquín Arnáiz, La Razón

«Pasado y presente se mezclan en este rap en el que solo la necesidad proyecta algún futuro, en el que se cuentan viejas desapariciones y heridas y nuevos problemas, en el que se hace una reflexión sobre la libertad en una sociedad que parece que está haciendo “experimentos” con las personas que la habitan, expulsando a muchas y sometiendo a otras.» Elena Sierra, El Correo

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