La voz sombra

Antes de la invención de la fotografía y de las grabaciones sonoras, a los vivos no les quedaban de quien moría sino unos pocos objetos que lo habían acompañado; su olor impregnado en la ropa; la letra, si la persona sabía escribir; retratos pintados, para quienes podían permitírselos, o mechones de pelo.

La voz es una extensión del cuerpo y la única parte que no puede enterrarse: la voz permanece intacta y altera el sentido del tiempo, pues está condenada a quedarse en un presente eterno. «El mensaje de este libro, o más bien la moraleja que se extrae de su lectura, es únicamente éste: graba la voz de tus seres queridos», nos dice Ryoko Sekiguchi al inicio de esta obra singularmente emotiva y delicada en la que la autora de Nagori vuelve a demostrar una especial lucidez para describir y catalogar las experiencias más íntimas y trascendentales del ser humano.

Compuesto de breves fragmentos, este inclasificable libro es una historia de la voz de quienes se han ido y de cómo continúa afectando a quienes aún viven. Una exploración original y bellísima sobre la memoria, la desaparición y la huella que dejamos en el mundo.

Leído en la prensa

«La voz sombra es hondo y ligero al mismo tiempo, se mueve en el campo literario, aparecen poetas que graban lo que les rodea, también las voces, como Gozo Yoshimasu, cita a Proust o Aristóteles [...]. La voz sombra es un ensayo sobre la voz pero contiene también el relato de un duelo que son todos los duelos.» Aloma Rodríguez, Letras Libres

«Lo que formula Sekiguchi en estas sentencias y percepciones es la percusión inmediata, la cualidad táctil de las voces [...] enarbolando, de alguna manera, el mundo que se contiene en ellas.» Manuel G. González, Diario de Sevilla

Sobre Nagori:

«Un pequeño ensayo, en principio, sobre el pensamiento japonés, que avanza diluyéndose en una reflexión fresca y deliciosa sobre la gastronomía y el paso del tiempo.» Patricia Almarcegui, El País

«Un antídoto contra lo efímero, contra la volatilidad.» Adriana Bertorelli, La Lectura

«Entrar en este libro es un gozo de los que pocas veces se encuentran.» Eva Cosculluela, ABC

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