Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock
Hitchcock y la dimensión erotómana de su cine; Hitchcock como un Barba Azul de cuento; Hitchcock el Maestro. A ratos deliciosamente perversas, y con teorías atrevidas pero muy atractivas, estas páginas de Serge Koster abordan, con conocimiento de causa y brío literario, los temas que intrigan a los amantes del cine y excitan también la curiosidad de los espectadores novatos. Y están tan llenas de su amor de fan por los personajes como por las personas: la Grace Kelly de La ventana indiscreta, la Kim Novak de Vértigo, la ladrona Marnie interpretada por Tippi Hedren…
Voyeurismo, fascinación, diálogos llenos de dobles sentidos: la cara B de un Hitchcock no tan oculto aparece aquí como en sus películas: siempre casi escondiéndose y a la vez mostrándose; el adorador de ídolos femeninos que coloca en un altar a sus actrices para luego, en muchos casos, derrumbar con sólo un gesto ese mismo altar; el genio de las contradicciones.
Narración y ensayo, diario de lecturas y películas, de placeres y vicios (a veces la misma cosa), Serge Koster, siempre entre la erudición y la divulgación, propone a los lectores, con una prosa llena de hallazgos líricos y también, ¿por qué no decirlo así?, «psicológicos», una estupenda conversación que recuerda a la ya mítica entre François Truffaut y el propio Alfred Hitchcock, sólo que ahora, al abrir este libro, seremos nosotros mismos quienes nos convertiremos en contertulios de Serge Koster, para aprender de él y para debatir con él.
Leído en la prensa
«A ratos deliciosamente perversas, y con teorías atrevidas pero muy atractivas, estas páginas de Serge Koster abordan, con conocimiento de causa y brío literario, temas que intrigan a cualquier amante del cine.» Faro de Vigo
«Un libro extraño, sugerente en su libertad expositiva y analítica, que viene a demostrar que todo acercamiento a los grandes directores es aún posible desde una mirada personal y diferente.» Israel Paredes, Dirigido por
«Serge Koster sale triunfante por varios motivos: por ser un analista y un especulador agudo y con recursos culturales procedentes de disciplinas diversas (y no un cinéfilo bobalicón), por contagiarse y vivir en propia piel el deseo de Hitchcock y por poner empeño en el logro de un texto tan interpretativo como sañudamente literario.» Manuel Hidalgo, El Cultural
«Ya sabíamos que Hitchcock utilizó sus obsesiones a favor, y hay varios libros donde se salpican detalles eróticos, símbolos sexuales…. pero todos unidos y autopsiados sobre una mesa que no llega a las cien páginas no se había visto antes. Es lectura para meditar, rememorar o revisionar, más que de anécdota y biografía.» Carlos López-Tapia
«La mente lúcida del escritor Serge Koster aprovecha esas pasiones perturbadoras para ofrecer una visión audaz y sin duda insólita del mundo cinematográfico de Hitchcock.» Tino Pertierra, La Nueva España
«Koster se adentra en la trastienda de los fetichismos y las parafilias del gran cineasta británico y analiza los juegos de salón entre Grace Kelly y James Stewart en La ventana indiscreta, se desliza por la nuca de Kim Novak en Vértigo, se sube al tren con Eva Marie Saint y Cary Grant en Con la muerte en los talones y ve cómo el maestro destruye minuciosamente a Tippi Hedren en Los pájaros o Marnie la ladrona.» Luis Pousa, La Voz de Galicia
«Koster nos habla sobre todo de esa pantalla en la que Hitchcock escribió sus obsesiones, su moral, su sexo y su universo femenino. De la fascinación que aún hoy nos provoca contemplar aquel torbellino de placer, culpa y deleite.» Óscar Brox, Revista Détour
«Estas Venus hitchcockianas, diosas de la seducción, la belleza y el deseo, vienen a encarnar el “continente negro” del que hablaba Freud, son el verdadero enigma (el sexo) de casi todas sus películas, nos invitan a una constante curiosidad por su secreto.» Manuel J. Lombardo, Diario de Cádiz
«Muchos lectores de este libro, por no decir todos, se lanzarán sobre las películas analizadas en cuanto lo terminen.» César Coca, El Correo
«Es imposible que el lector no sienta unas ganas tremendas de ver una y otra vez las películas que se nombran a lo largo del ensayo, de intentar entrever, como un mirón por un agujero, la auténtica realidad de esas escenas y los significados ocultos de sus diálogos.» Nacho B. Gutiérrez
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