Los grandes placeres
El escritor francés Jules Renard decía que la única felicidad consiste en buscarla. Su ausencia es la mayor forma de «vacío», y cada cual se ocupa de amueblar ese vacío, de llenarlo, como puede. Unos con objetos, otros con experiencias y sensaciones; incluso con eso que llamamos amor.
Desde el místico hasta el aficionado a los juegos de azar, desde el guerrillero hasta el coleccionista, todos persiguen lo mismo; como sabía Somerset Maugham, «las cosas que se nos escapan son más importantes que las que poseemos». Algunos, como Voltaire, admiten que en el fondo lo único que hay que hacer es cultivar un jardín: ahí encontraremos una forma pura de la felicidad; otros la hallarán en ciertos objetos, por humildes que sean, en los que parece encarnarse la belleza. Cada cual tiene su propia receta y a menudo los más disolutos parecen los más sabios. Son muchos los que creyeron, y creen, que los grandes placeres (incluso el «simple» placer de desear) nos ofrecen la mayor forma de felicidad posible, la única forma en realidad.
Hay en este libro muchas pistas y muchas citas, tanto de grandes mujeres como de grandes hombres (escritores, artistas, cineastas…). Algunos de sus placeres pertenecen ya al pasado, aunque disfrutaremos al leer sobre ellos; pero la mayoría, por suerte, no tiene fecha de caducidad. Como los besos y las bicicletas, el café y el chocolate, los viajes y las flores.
Leído en la prensa
«Un libro salvavidas, de los que contrarrestan las lecturas agrias.» Peio H. Riaño, El Español
«Nada escapa a esta joya literaria, este moleskine del flâneur donde la mirada de su autor colecciona conocimientos, felicidades cotidianas, manías, fobias, filias, querencias de numerosos escritores, entre una larga nómina de hedonistas de la literatura. Nombres con los que Scaraffia abona y cultiva reflexiones en torno a la manera de llenar la felicidad.» Guillermo Busutil, La Opinión de Málaga
«Una pequeña enciclopedia de las cosas que nos pasan en la vida, llámese un gato, un beso, un faro, la sobriedad o la necesidad de amueblar nuestro vacío. Un libro insólito y muy útil.» J. Ernesto Ayala-Dip, El Correo
«Cuando tantas auténticas perlas del vivir se sabe encontrar en los más humildes objetos, hechos o avatares de la vida como en este libro se da con su posible clave no es difícil emitir el juicio de que nos encontramos ante una obra singular y encantadora.» Santiago Aizarna, Diario Vasco
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