Lunario del paraíso
En 1978, el gran Gianni Celati publicó por primera vez en Italia esta novela mítica y desopilante. Giovanni se enamora en una playa de su país de una jovencita alemana y la sigue hasta el Hamburgo de The Beatles -son los años sesenta- presa de cien mil furores. De la carne y del espíritu. He aquí un filósofo andarín, un amante caballeroso pero con un agujero en el zapato, un pobre que filosofa con profundidad mediante palabras sencillas.
Esta divertidísima novela, escrita en estado de gracia, entre la oralidad y el «gran estilo» (a veces incluso de aire británico), ofrece humor a raudales y aventuras que nos llevan hasta la literatura picaresca. Querido lector, querida lectora, ¿has conocido en alguna ocasión a un moralista entrañable apasionado por los altos cielos norteños y el amor a primera vista? Pasa, te lo presentamos.
Leído en la prensa
«Una de las grandes novelas italianas de la segunda mitad del siglo XX. Una historia contemporánea que bebe en las fuentes de clásicos como Chaucer, Fielding o Pirandello.» La Repubblica
«Celati es uno de los escritores italianos más personales de nuestro tiempo y ésta es una maravillosa novela de ideas y acción por la que no pasa el tiempo. No está de más decir que es mágica, algo que ya presentimos al leer su título.» Il Corriere della Sera
«La libertad de Giovanni combina con la técnica estilística de Celati: una escritura libre, fluida, oral, que permite a la imaginación ir más allá de los límites que impone la sociedad.» Cristina Catanese, Tropismi
«Celati ha construido una novela de iniciación tan irónica como tierna y tan clásica como contemporánea.» María Teresa Lezcano, Sur«Merced un lenguaje próximo a la oralidad, que abunda en expresiones populares, alternado con pasajes próximos a la literatura clásica, la refrescante prosa de Celati constituye un ejercicio de expresión tan atrayente como provocador.» Manuel Pecellín, Hoy
«Lunario del paraíso es una novela amable, cargada de humor, evocadora e irónica, en la que muestra además ese choque de culturas entre los sureños pasionales, capaces de seguir los pasos del amor, y esos hiperbóreos calculadores, cínicos y sin embargo hospitalarios que se revuelven ante lo espontáneo. Una obra extraordinaria que deja muy buen sabor de boca.» Antonio J. Ubero, La Opinión
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